Tecnicas

Existen multitud de tecnicas para lograr relajarse. Desde milenarias sabidurias hasta modernas tecnicas estudiadas en el laboratorio.
En este apartado compartire algunas de dichas tecnicas, comenzando por la que a mi me ha dado los mejores resultados: la respiracion.

Sentarse comodo en algun sitio tranquilo, en lo posible. Disponernos internamente a lo que vamos hacer. Esto quiere decir permitirnos usar los minutos que estemos haciendo esto para hacer ESO y nada mas.
Es notable como mucha gente decide tomarse 10 o 15 minutos para relajarse, y ni bien comienza un ejercicio la cabeza se les va para las actividades que van hacer inmediatamente terminen. Esto en si mismo en una fuente tremenda de estres y ansiedad. La modernidad de los tiempos nos inculca, muchas veces inconcsientemente, que toda aquella actividad que no genere dividendos o este en funcion de... es una perdida de tiempo -tiempo=dinero-, y ese es uno de los grandes males de fondo que acarrean los desequilibrios internos.

Asi que, con la actitud mental apropiada para el momento, nos sentamos comodos y comenzamos con una respiracion profunda por la nariz, lo mas profunda posible, no forzada, profunda, y soltamos el aire por la boca muy lentamente. Mientras el aire entra y sale hemos de prestar atencion a las sensaciones que ocurren en nuestras fosas nasales, es decir, ser concientes del aire que entra y sale de nuestro cuerpo. Luego de esta primera inspiracion (esta palabra sirve para darle sentido a lo que hacemos tambien), las siguientes seran lo mas natural posible, un poco mas profundas que lo que habitualmente hacemos, que es usar solo el teercio superior de los pulmones, pero no necesariamente forzadas al maximo. Para esto en particular no hace falta.
Lo que si es necesario es prestarle atencion al fuelle que implica nuestros pulmones y diafragma. Podemos sentir como este simple acto involuntario y mecanico nos nutre de manera vital, podemos sentir tambien que con cada inspiracion renovamos las energias del cuerpo, algo asi como ventilar la casa; y con cada exhalacion limpiamos nuestro interior. Ademas tratemos de aflojar los musculos cuando exhalamos el aire afuera.
Por supuesto que nuestra iquieta mente va a saltar de aqui para alla en la primera oportundad que tenga, dado que respirar es algo automatico y no requiere atencion, pronto nos encontraremos pensando en un sin fin de sinsentidos o tal vez de nuevo en los problemas y en lo que vamos hacer con ellos y un largo etc. No debemos torturarnos pensando que nada nos sale bien, con tranquilidad volvemos la atencion concsientemente a el aire que entra y sale del cuerpo. De esta forma la mente se aplaca poco a poco, logrando asi unos momentos de paz y quietud interior, dandonos la sensacion de que ese es nuestro estado natural. 
Cuando nuestro mar mental se calma podemos ver los pensamientos que surgen en el ojo de la mente con mas parcialidad, sin que necesariamente nos lleven la emocion como una ola agitada por el viento.
Si de todas formas se produjece, bastaria con retomar la atencion en la respiracion. 
Con la practica, el tiempo que demoramos en alcanzar esa quietud se disminuye y la duracion del estado de calma se prolonga.

No se necesita ninguna creencia particualr para practicar esto, solo las ganas de sentirnos mejor.







Ejercicios de Respiración suave y abdominal

Normalmente cuando nos proponen respirar profundamente, lo primero que hacemos es esforzar las fosas nasales (pensando que de esa manera entrará más oxígeno) y escuchamos como el aire penetra.
Por el contrario, para que la respiración sea suave necesitamos aspirar y espirar por la nariz pero sin forzar. La entrada de aire debe ser imperceptible.
Dice un antiguo dicho: "El oído quiere escuchar a la nariz, pero la nariz no quiere que la oigan".

Una vez que controlamos que la entrada de aire es suave, comencemos a concentrarnos en el ejercicio de respiración abdominal.
Para tomar conciencia de la respiración abdominal, en un comienzo, podemos colocar nuestras manos sobre el abdomen, para verificar que al inspirar se hinche y al espirar se deshinche. Al realizar la respiración el punto de concentración siempre será el abdomen.
Este ejercicio de respiración se puede practicar acostado, sentado o parado (de pié) Cualquiera de las tres posiciones le permitirán hacer suya la respiración, lo importante es concentrarse en el abdomen.

Acostado, si nota que no llega el suficiente oxígeno al abdomen, apoye las plantas de los pies plegando levemente las rodillas, esta posición puede ayudar a que la respiración sea más profunda.

Sentado, siempre con la concentración en el abdomen, simplemente coloque su columna derecha pensando que de la cabeza tira un hilo hacia arriba, sin elevar el mentón.

Parado (de pié), es muy posible que la entrada de aire llegue hasta el pecho o bien que llegue muy poco aire al abdomen; en ese caso piense que está sentado en un banco muy alto (esta posición adelantará levemente su pelvis) y que de la cabeza tira un hilo hacia arriba. La concentración como siempre en el abdomen.

Realice este ejercicio de respiración cinco o seis veces al día. Aunque cada práctica no le lleve más de medio minuto, si lo hace con concentración, pronto pasará a ser una respiración natural para su cuerpo. Estaremos relajados pero atentos ante los inconvenientes cotidianos. Solo se necesita, querer hacerlo y practicarlo a diario.

Al hacer el ejercicio de respiración suave y abdominal, sus órganos internos reciben el aire necesario para ser masajeados, esto los relaja y su mente que estuvo concentrada en el ejercicio de respiración también fue oxigenada debidamente y se mantendrá clara y serena.

Por otra parte no se necesita un lugar o un tiempo determinado, ni una música especial para practicar los ejercicios de respiración. Lo que sí se necesita es la voluntad de practicarlos.

Se puede realizar en diferentes momentos a lo largo del día.

 

 


Sugerencias para realizar los ejercicios de respiración

Cuando estamos sentados en el colectivo.
En las largas colas del banco.
En fin, en esos momentos en que sentimos que perdemos el tiempo, aprovéchelo practicando ejercicios de respiración. Su cuerpo, su mente y sus emociones se los agradecerán.

Cuando uno adquiere destreza en el ejercicio de respiración abdominal, lo hace en forma natural, suave, rítmica y profundamente aunque no se esté consciente de ello.
La tranquilidad mental nos provee de la claridad necesaria para no preocuparnos, es decir no ocuparnos antes de que los acontecimientos se produzcan y resolver los inconvenientes a medida que se presenten, con más calma.


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